sábado, 31 de octubre de 2015

TRISKEL DE MENTESA

Es un símbolo que aparece en, al menos, una decena de veces en la estela funeraria del Giulio Primo, soldado veterano de la legión X GEMINA.

Los Triskel están intercalados entre las letras

La cantidad de veces que aparecen, junto a los otros símbolos (media luna y escuadras de atlante), nos hace suponer que era oriundo del norte de Europa y de origen celta.

El trisquel, triskelion ó triskele (de simetría rotacional) es un motivo (artístico) que consiste en tres espirales unidas, tres piernas humanas dobladas o tres líneas extendidas o dobladas desde el centro del símbolo. La palabra proviene del griego triskelés τρισκελής que significa "tres piernas", del prefijo "τρι-" (tri-) tres veces y "σκέλος" (skelos) pierna. A pesar de que aparece en varios lugares y periodos incluyendo en el 3200 a.C en Newgrange, es parte característica esencial del arte céltico de la cultura La Tène de la edad de Hierro. Se incluye en el escudo de la Isla de Man, y con una cara central de medusa en el de la isla italiana de Sicilia.





Según la cultura celta, el triskelion representa la evolución y el crecimiento, el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. Manifiesta el principio y el fin, la eterna evolución y el aprendizaje perpetuo. Entre los druidas simbolizaba el aprendizaje, y la trinidad Pasado, Presente y Futuro.

Según esta cultura, los druidas eran los únicos que podían portar este símbolo sagrado. Como talismán, era utilizado para aliviar fiebres y curar heridas. 

De Plinio el Viejo sabemos que los druidas vestidos de blanco cortaban el muérdago con hoz de oro; además nos habla de sacrificios taurinos presididos por druidas, así como de su veneración de diversas arboledas o árboles y plantas sagrados como el roble, el avellano, o el muérdago; o lugares naturales como la cima de ciertas colinas, corrientes de agua, y lagos, así cómo del cielo, la tierra, el mar, y el fuego -que veían como algo purificador- recogiendo una costumbre presente en las comunidades celtas en las que servían. El muérdago entre los druidas era una planta sacra.
Julio César mencionaba a los druidas en su "De Bello Gallico" y quien nos informa que los druidas usaban al alfabeto latino o griego incluso en sus escritos sagrados por “temor que (el de ellos) llegara a vulgarizarse y que la memoria de los sabios (o estudiantes) pudiera decaer”. Estas referencias tienen ciertos paralelismos con relatos de Posidonio (135 - 51 a. C.), quien nos da una imagen idealizada helenística del druida como filósofo. Éste autor también afirmaba que se encargaban de castigar a determinados miembros de la sociedad expulsándolos de ceremonias religiosas, y por tanto de la sociedad.

Diodoro Sículo afirmaba de los druidas que a veces antes de una batalla se interponían entre los combatientes para evitar el combate, así cómo que predecían el futuro mediante la observación del vuelo y los reclamos de las aves y el sacrificio de animales sagrados, así cómo que creían en una especie de reencarnación, según la cual al morir el alma migraba de un cuerpo a otro.
Se han encontrado numerosos trisqueles en forma de petroglifos grabados en la piedra; tales vestigios son muy comunes en las comunidades autónomas españolas de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco, convirtiéndose el citado símbolo en un icono representativo de la cultura celta.
También se han encontrado trísqueles prerromanos (trescelas dextrógiras y levógiras) en Vizcaya, en las estelas encontradas en Meñaca, Dima y Zamudio. Así mismo, aparecía en acuñaciones monetarias de la ciudad prerromana de Ilíberis (hoy Granada).


Actualmente el significado antiguo asignado por los celtas fue cambiado y es usado en Europa en países principalmente célticos como Francia, Irlanda y Escocia, ahora cristianos, donde el triskele es la Santísima Trinidad, padre, hijo y espíritu santo.












































viernes, 30 de octubre de 2015

DON LOPE DE SOSA 1922

Extracto de la revista Don Lope de Sosa, del año 1922, y que hace referencia a la visita a La Guardia de D. Alfredo Cazabán.









Es curioso que, en la página 338 (2ª foto), haga referencia a la posible presencia en La Guardia del Apóstol Santiago.

martes, 27 de octubre de 2015

TORRE CAMPANARIO

LA TORRE CAMPANARIO. DOCUMENTACIÓN Y ANÁLISIS.

Sobre el proceso constructivo de la torre campanario si tenemos datos documentales que nos aclaran algunos aspectos del mismo así como su tracista y ejecutores.


La primera noticia documental –hasta ahora inédita- se trata de un poder dado en Jaén el 22 de diciembre de 1584 por el maestro de cantería Francisco del Castillo “el Mozo, a cuyo cargo estaba “...hazer una torre de canteria para el campanario / de la iglesia de La Guardia ...”, al cantero Cristóbal Martínez, vecino de la dicha villa, para que en su nombre “pueda / proseguir e acabar la dicha obra e torre de / canteria que asi se a de haçer en la dicha yglesia / hasta la feneçer como yo la pudiera / façer ...”; le faculta también para cobrar los maravedís que se fueren pagando de dicha obra así como lo que se le debía por los herederos de Juan Aguilera, que escendía a la suma de “...diez y nueve myl e tantos maravedis qu’el su-/so dicho me resta debiendo por una obligaçion de / maior contia que contra el tengo...” (Archivo Histórico Provincial de Jaén. Fondos Protocolos Notariales. Escribano Pedro Ruiz de Piedrola. Legajo 496, fl. 1151 iº -1151 vº.1584, diciembre, 22. Jaén). A la luz de este interesante documento podemos sacar varias conclusiones:


1. Aclara de forma precisa que la obra fue contratada con el afamado arquitecto Francisco del Castillo “El Mozo” en fecha anterior a la de 1584, pues en el documento se señala que “...de presente se a de proseguir por mandado del señor provisor de este obispado e / del señor bisitador en la bisita que hiço...”, lo que demuestra que el proceso constructivo sufrió una paralización motivada por los retrasos en los pagos concertados e incluso por el impago de determinadas partidas, como puntualmente se refiere en el documento al respecto de cobrar de los bienes de los herederos de Juan Aguilera la suma de 19.000 y más maravedís. Este Juan Aguilera es el prior de la iglesia con el que Castillo contrató la obra, como veremos más adelante.

2. Que el encargado de proseguir la obra en nombre de Castillo es el cantero Cristóbal Martínez, amigo personal y su aparejador, tal y como ocurrió en las obras de la Iglesia de San Bartolomé de Torredelcampo, contratadas en un principio con su padre, Francisco del Castillo “El Viejo”, y traspasadas en él en octubre de 1586; de manera precisa se hace mención de ello en el testamento de Castillo de 1586: “Yten digo y declaro que yo tengo a mi cargo la obra de San Bartolome de la Torredelcampo a tasaçion e por hezerle amistad y buena obra a Cristoval Martinez tuve por bien de que la hiziera de compania...”.

Tras la muerte de Castillo, Cristóbal Martínez se mantuvo en la obra de Torredelcampo; por un librillo de cuentas de fábrica, hasta ahora inédito, conservado en el Archivo Histórico Diocesano de Jaén y fechado el 14 de febrero de 1594, sabemos que Cristóbal Martínez –que se le cita como cantero y oficial de Castillo- firmó una carta de pago el 5 de febrero de 1592 al mayordomo de la fabrica de la iglesia de Torredelcampo, Juan de Guevara, por los trabajos realizados (Archivo Histórico Diocesano de Jaén. Sección Pueblos. Torredelcampo. 1594, febrero, 14. Cristóbal Martínez alcanzó cierto prestigio como maestro de cantería y por ello fue requerida su opinión para tasar y valorar determinadas obras; como ejemplo señalamos el aprecio que –junto con el maestro de cantería Martín del Castillo, vecino de Villanueva de la Reina- realizó sobre las obras de la sacristía y torre de la iglesia de Santa María de Arjona en el año 1600):

“Christobal Martinez /
Yten dio en discargo myl reales / que dio e pago a ChristobalMartinez / cantero ofiçial que fue / del dicho Françisco del Castillo / que los ubo de aver del al-/cancçe y de la dicha quenta contenida / en el dicho testimonio de Luis de / Aguilar notario segun lo declaro / el dicho mayordomo y asi / como pareçe por una çedula / de Lope del Castillo que queda en poder del dicho / mayordomo mostro carta / de pago del dicho Christobal Martinez / su fecha a çinco de febrero / del año de noventa e dos / los cuales declara en ella / aver reçivido doze myl maravedis de la / viuda de Mirez vezina de Jaen / y doze myl maravedis de Luis de Contre-/ras y diez myl maravedis de Sal-/vador de Sigura todos vezinos / de Jaen por quenta del dicho Juan de Guevara mayordomo/”.
La segunda noticia documental –hasta la fecha- en la que se hace mención a las obras de la torre procede del citado testamento de Castillo:

“.. Yten declaro que en la villa de La Guardia me fue encargada una torre para las campanas de la yglesia mayor della a tasaçion y el prior... Juan de Aguilera me rogo le diese una carta de pago de catidad de cinquenta mil maravedis poco mas o menos la qual yo le otorgue... en confiança ante un escrivano /fol 29v./ publico de Martos que no tengo memoria quien es y el suso dicho en el tiempo que bibio me pago çiertas partidas y de ellas se me restan deviendo diez o nueve mil y tantos maravedis los quales sus herederos no me han querido pagar aunque les he mostrado las conposturas y cartas de pago hechas del de la dicha escriptura de lo que para en quenta de los dichos cinquenta mil maravedis poco mas o menos me mando que se cobren de sus herederos porque no se los perdono porque se me deven bien devidos los quales recaudos estan en poder de Cristobal Martinez cantero vezino de la Guardia el qual save ser verdad lo que tengo dicho...”.

Esta declaración testamentaria nos aporta otros datos al tiempo que corrobora en parte lo ya especificado en el poder de 1584. Sabemos que la obra fue contratada a tasación, fórmula contractual asidua en el antiguo Reino de Jaén, con el prior Juan de Aguilera; por lo que se refiere al coste total de la obra con la documentación que contamos no es posible saberlo, pero si se especifica que Castillo le firmó al citado prior una carta de pago de 50.000 maravedís y que éste le entregó determinadas partidas, pero que aún se le debían alrededor de 10.000 o 9.000 y más maravedís. Muerto el prior Juan de Aguilera sus herederos estaban obligados a satisfacer la deuda –ya expresada en el documento de 1584-, pues así debería de constar en el contrato primero entre ambas partes. Finalmente, Castillo confía de nuevo en Cristóbal Martínez para que llegado el momento pueda conseguir que tal deuda sea pagada por los citados herederos. No sabemos más al respecto. pero quizás nuevos hallazgos documentales puedan en  el futuro aclararnos el desenlace final de todo este interesante asunto, que –por lo demás- no es infrecuente en los contratos concertados en el Quinientos para la construcción o renovación de fábricas parroquiales. En cualquier caso, por la documentación descrita, el proceso constructivo está claro que está manejado por la iglesia, lo que no impide que la familia de los Messía –señores de la Villa y dueños de la fortaleza- pudieran aportar fondos a la obra.


Castillo de La Guardia. Iglesia de Santa María - Castillo de La Guardia. Iglesia de Santa María. Base de campanario
Base del campanario
Como se ha apuntado, la torre se alza contigua a la puerta principal de la fortaleza apegada al lienzo interior del recinto de tal forma que una buena parte de la caña cara al pueblo presenta solo una parte y además apoya sobre el adarve. Ya en el interior la torre está completa y fabricada en su totalidad –salvo en la cubierta- en sillería de toba de excelente ejecución canteril; su traza cuadrangular arranca de un bello basamento con abultado bocel y queda dividida por medio de una cornisa moldurada en dos partes bien diferenciadas; la caña y el cuerpo de campanas, éste ligeramente retranqueado; la caña en su interior, a la que se accede a nivel de suelo por un hueco adintelado, conserva los vestigios de una primera planta cubierta con bóveda de medio cañón de yeso y una segunda con bóveda de sillería también de medio cañón comunicadas con escaleras entre si que permiten el acceso al cuerpo de campanas y por medio de dos huecos adintelados –con peanas de factura piramidal- a los adarves; el cuerpo de campanas presenta dobles arquerías de medio punto en tres de sus lados y una sólo en la cara orientada al interior de la fortaleza; el conjunto se embellece con dos molduras en forma de listeles que lo circundan situadas a nivel de la base de los arcos y en el arranque de los mismos, completándose todo con otra cornisa –de semejante labra a la primera- sobre la que la apea la cubierta octogonal con cruz de forja y restos de tejas vidriadas en abanico de varios colores: negro, verde, marrón y blanco; esta techumbre cobija un apequeña cúpula de ladrillo asentada sobre pechinas de piedra con la que se cubre el interior del cuerpo de las campanas.


Castillo de La Guardia. Iglesia de Santa María - Castillo de La Guardia. Iglesia de Santa María. Campanario
Estado anterior a la restauración
Francisco del Castillo “El Mozo” diseñó una bella torre de campanas para la iglesia mayor de La Guardia siguiendo un modelo ya desarrollado en el antiguo Reino de Jaén, pues incorpora la forma prismática de larga tradición bajomedieval (ejemplos de esta tradición arquitectónica se pueden contemplar en las parroquiales ubetenses de San Millán y San Nicolás. En Baeza en la hermosa torre de El Salvador y en Alcalá la Real en la torre de Santo Domingo); se aleja Castillo del otro modelo utilizado a fines del Quinientos compuesto por dos cuerpos: el primero, cuadrado y el segundo octogonal, destinado a las campanas, con esquinas achaflanadas decoradas con jarrones; tampoco se deja cautivar por las torres poligonales –de clara influencia militar- como las de las parroquiales de Bailén, Baños de la Encina y Linares. Quizá la vinculación de la torre de La Guardia con las formas prismáticas tardogóticas –mantenidas durante buena parte de la centuria siguiente- se deba a la preexistencia de una fábrica anterior, ahora rehecha en su totalidad pero guardando su original planta cuadrangular. En cualquier caso, en esta torre Francisco del Castillo cuida especialmente la ejecución del cuerpo de campanas a base de pronunciadas cornisas que señalan tanto el final de la caña como el remate de la fábrica a nivel del tejado, así como en la incorporación de los listeles que atan y rodean los arranques y las bases de los arcos; estas cornisas, listeles y otros elementos de traza renacentista arropan y envuelven de manera proporcionada una estructura arquitectónica que nos recuerda la tipología de una torre campanario con evidentes resabios del pasado bajomedieval 


















(Francisco del Castillo trabajó y trazó otras torres para parroquiales, destacando entre todas ellas las de Santa Marta de Martos y la de la Navidad de Jamilena). Tampoco Castillo escapa a la tradición giennense de cubrir los ocho paños del tejado con piezas vidriadas de colores de clara influencia islámica, cuya aplicación es constatable alo largo del Quinientos y en las centurias siguientes tanto en edificios civiles como religiosos. Por los restos cerámicos aún mantenidos en el chapitel podemos señalar su relación con los originales conservados en las torres del Hospital de Santiago de Úbeda( un bello ejemplo de torre parroquial con dobles arcos en el cuerpo de campanas en dos de sus lados y chapitel cerámico es también la de San Martín de Arjona, fechable en el último tercio del siglo XVI). Atrás quedan as hermosas y bellas cresterías góticas o platerescas con las que se remataban numerosas torres parroquiales durante buena parte del siglo XV y primera mitad del siglo XVI.

(LA TORRE CAMPANARIO DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE LA GUARDIA DE JAÉN, OBRA DE FRANCISCO DEL CASTILLO “EL MOZO”
Miguel Ruiz Calvente. SUMUNTÁN Nº 23 (2006); P. 271-280)




jueves, 22 de octubre de 2015

CABEZA CABRÍA IBERA

Figura zoomorfa. Cabeza de toro.




Faltan el morro y los cuernos. El tabique nasal es ligeramente convexo y los ojos ovalados, mayor el derecho que el izquierdo, y con párpados indicados. 
Sobre ellos hay arrugas curvas que prácticamente convergen sobre la frente. La testuz está muy resaltada y presenta en los laterales los indicios muy erosionados de cuernos y orejas. Su superficie está cubierta por incisiones curvas paralelas, al igual que los laterales del cuello.

Egido de las Eras de San Sebastián - Egido de las Eras de San Sebastián.
Ejido de las eras de San Sebastián
Está datada entre los años 200-1 a.C. (Alto Imperio Romano-Iberorromano) y procede del Ejido de San Sebastián. Mide 18 x 30 x 22 cm. Inventario CE/DA01779.

lunes, 19 de octubre de 2015

URNA CINERARIA

Urna cineraria encontrada en el "Cortijo de Los LLanos"


"Del sitio denominado “Cortijo de Los Llanos”, próximo a La Guardia, la antigua Mentesa, tuvimos confidencias de haberse encontrado allí, hace cosa de un año, dos urnas cinerarias.

De ellas pudimos adquirir para el I. de E. G. una sección rectangular, en piedra franca, con tapa formando un tejadillo a doble vertiente. Midió 0,17 m. de altura, sin la tapa, y 0,18 m. con ella; 0,24 m. de longitud máxima y 0,16 m. de ancho. Es de tipología romana con patas talladas a bisel en el grosor de la caja, en forma de ángulos diedros que se cruzan en ángulo en el centro, como en multiplicados casos andaluces".





Prospección arqueológica en los términos de Hinojares y La Guardia (Jaén)
Concepción Fernández Chicarro. 
BIEG Nº 7, 1956. Pgs. 102-103. 
Días 9 al 12 de Septiembre de 1955, en La Guardia

viernes, 16 de octubre de 2015

Torreón del Alcázar Sureste

Configurando la esquina Sudeste del Alcázar y continua al aljibe se encuentra una torre de planta cuadrada estructurada en dos niveles.

Torreón que protege el flanco sureste del alcázar
El inferior, compacto, con fábricas de mampostería irregular enripiada y refuerzos de esquinas con sillarejo; el superior, habitable, sufrirá una reforma entre los siglos XV-XVI, utilizando mampuestos ordenados regularmente y enripiados con material cerámico.
Se encuentra cubierto con bóveda de medio cañón apuntada de piedra y mortero de cal.
Tiene un habitáculo superior con saeteras cubierto por una Bóveda apuntada.
De este habitáculo parten las escaleras que suben a la azotea.





Se accede a su interior por un hueco adintelado construido con sillares de piedra caliza, contando con una puerta de doble hoja. La estancia está iluminada por tres aspilleras.
















Protege el acceso al alcázar.

Saetera

Torreón de planta cuadrada.
Fotografías: RedJaen.es


miércoles, 14 de octubre de 2015

CANCELES VISIGODOS DE MENTESA

Cancel con crismón central. El elemento principal es una cruz de forma bizantina o visigoda con el alfa, la omega y la R desarrollada en un rectángulo orlado con labores de espiras continuas, muy similares a las existentes en una lapida visigoda procedente de Salamanca en el Museo Arqueológica nacional. La ornamentación está encerrada en un círculo del que sobresalen los lados de la cruz, tres de los cuales (horizontal y superior) rematan en flor de lis. Un grueso resalte de forma trapezoidal invertida encierra esta insólita decoración, enmarcada toda ella por una orla de tema vegetal de hojas recurvadas o roleos, denominados de rizo continuo. La talla a bisel en dos planos, es la técnica empleada.

Está datada entre los años 501-700 (periodo visigodo) y procede del Cerrillo del Calvario de La Guardia. Mide 83.5 x 56.5 x 10 cm. Inventario CE/DA00830.



Gran losa de piedra partida en origen en dos porciones, que muestra una composición interior rodeada de una orla con sogueado en la misma y centrada en un rectángulo circunscrito por una cenefa en todos sus lados. Los grabados son profundos a base de secciones de circunferencia y teñidos algunos de ellos con pintura roja y amarilla. La cenefa constituida por cuatro rosetones en sus partes superior e inferior, y tres partes de otro en el lado derecho y por el izquierdo.
Está datada entre los años 501-675 (periodo visigodo) y procede del Cerrillo del Calvario de La Guardia. Mide 82 x 134 x 7.5 cm. Inventario CE/DA00831.


Cancel cuya decoración se enmarca dentro de una franja lisa en la que se desarrollan dos filas verticales de cuatro rosetones cada una, que por necesidad geométrica se convierten en once rosetones al combinarse. Tema geométrico pero de talla segura y cuidada a base de círculos secantes. Círculos de superficie dividida por cuatro arcos tangentes que enmarcan a su vez una estrella de cuatro picos.
Está datada entre los años 501-700 (periodo visigodo) y procede del Cerrillo del Calvario de La Guardia. Mide 88 x 46 x 12 cm. Inventario CE/DA00829.

domingo, 11 de octubre de 2015

LA CRUZ ROQUERA

LA CRUZ ROQUERA


Sobre la conquista de Jaén por el rey Fernando III y el origen de la cruz que domina el paisaje en el punto mas escarpado, José Chamorro Lozano, en el trabajo titulado “El castillo y las murallas de Jaén” (1974), nos cuenta la historia.




Aun sin ser este un asunto de nuestro pueblo, lo transcribo aquí a modo de curiosidad y por ser este un tema comentado en más de una ocasión y ser varias las versiones que circulan, eso sin contar que todos, en alguna ocasión, hemos visitado ese lugar. Además la relación entre Jaén y La Guardia con Fernando III es algo incuestionable y no se puede contar la historia de una sin la otra:


“En la peña más alta y bravía del escarpado cerro que domina Jaén cuenta la tradición que al conquistarse la ciudad y entrar en ella las huestes del rey San Fernando, el jefe de las tropas cristianas que ocuparon el Castillo, hincó su espada como signo de posesión en el lugar donde hoy se levanta la cruz. La espada era a manera de cruz pequeña formada verticalmente por el pomo, la empuñadura y la hoja, y horizontalmente por el travesaño de la guarnición. Enterado el rey Fernando III de aquella acción, alabóla y decidió que fuese construida una cruz grande de madera que sustituyese a la espada clavada por el capitán de sus tropas y desde entonces todos los hijos de esta tierra hemos visto erguido el signo evidente. 


“La silueta de la Cruz es algo sustantivo en el entorno de la ciudad. Y esta cruz es parte importantísima e inseparable del Castillo. A ella conduce un sendero bien cuidado que permite un fácil acceso.


“La tradición de esta cruz es bonita y el rey San Fernando quiso que se perpetuara el signo cristiano y para ello encargó a las monjitas del convento de franciscanas Clarisas, “convento real”, de reponer la cruz cuando los efectos de temporales y otras causas se abatieran. Esta tradición de custodia se mantuvo hasta mediados del siglo pasado en que un día cayó la cruz y no fue repuesta; entonces se ofrecieron muchos vecinos para reparar este daño a nuestra tradición y el prelado de la diócesis transmitió el privilegio de sustituir a las franciscanas Clarisas en la misión de velar porque en el Castillo de Jaén no faltara la cruz, a don Juan José Balguerías Brunet, privilegio que con toda diligencia ha sido honrado con una fiel constancia por sus descendientes.


Últimamente expresada en una cruz de cemento armado, bien cimentada que es la que actualmente emerge, costeada por doña Dolores Balguerías.


Al pie de la cruz está grabado, en la misma roca, un soneto del poeta giennense Antonio Almendros Aguilar. Este soneto adquirió gran fama y llegó hasta el Pontífice León XIII que lo tenia grabado sobre un pisapapeles de oro de su mesa de trabajo. Dice así:

                       

Muere Jesús del Gólgota en la cumbre
con amor perdonando al que hería,
siente deshecho el corazón María
del dolor en la inmensa pesadumbre.

Se aleja con pavor muchedumbre
cumplida ya la santa profecía,
tiembla la tierra, el luminar del día
cegado a tanto horror, pierde su lumbre.

Se abren las tumbas, se desgarra el velo
y a impulsos del amor, grande y fecundo,
parece estar la cruz, signo de duelo
cerrando, augusta con el pie en lo profundo,
con la excelsa cabeza abriendo al cielo
y con los brazos abarcando al mundo.


sábado, 10 de octubre de 2015

Puerta de acceso al castillo de La Guardia

La entrada al castillo se realiza a través de una monumental puerta gótica.

La entrada principal, se sitúa en los lienzos de muralla Sudeste mirando al pueblo. Se encontraba protegida por la única torre existente en el trazado de las murallas del recinto. 

Para llegar a ella había que recorrer un camino que discurría por debajo y adosado a las murallas desde el extremo Sur con dirección Norte, lo que permitía el control de las personas que intentaban acercarse a la fortaleza. 



Para construir este camino y alcanzar la puerta situada a unos dos metros del suelo, y no a ras del lienzo, se hizo necesario un aterramiento del terreno a través de algún muro de contención que permitiera salvar este desnivel. Este sistema se desarrolla ya en el s. XII, desconociéndose el tipo de acceso de la fortificación islámica. Actualmente es una bella portada gótica, que se rehizo en el siglo XVI (o segunda mitad del s. XV) y que se sitúa en posición elevada sobre el nivel de cimiento del lienzo donde se encuentra.





Está fabricada en sillería y se compone de dos arquillos escarzanos que confluyen en el centro de una moldura apoyándose en jambas a modo de medias columnas. 








Se le superpone un arco trilobulado cuyo trasdós queda embellecido por una moldura sogueada rematada a ambos lados con cabezas de leones de cuyas bocas penden unos cordeles.

En el tímpano se encuentran dos escudos de armas. 





Uno del apellido Messía y su esposa Mencía de Guzmán (por don Rodrigo González Messía y su esposa Mencía de Guzmán, hija del Maestre de Calatrava). 


















Y otro de la familia del Marqués de Algaba (Romero de Torres), los cuales son sostenidos por un cordel enlazado a una garrucha.









El ingreso al recinto era directo, dando a un patio cerrado y coronado de adarves en el que se abría lateralmente el acceso al Patio de Armas. 













Se trata de un dispositivo en recodo, que existía ya en época cristiana, aunque pudo este simular el que existiera en periodos anteriores. 










Actualmente tras la puerta se encuentra un recibidor de planta rectangular con una puerta en su lado derecho que da entrada al interior del recinto. Este vano está formado por un arco de medio punto rebajado de sillarejo, el cual ha sido recientemente restaurado, pero que la excavación arqueológica permitió documentar, utilizado a modo de escalón, los restos de molduras de un ventanal, formados por piezas de piedra rematadas con pequeños arcos lobulados.

Este espacio tiene una escalinata que salva el desnivel existente. Frente a la puerta y adosado al muro de cierre existía un banco de mampostería en forma de U, el cual estaba muy destruido, siendo recientemente reconstruido ya que se documentó en la excavación. De igual modo sobre la puerta principal existe una pequeña hornacina formada por un arco conopial.





En este lienzo de la muralla, adosados a ella y a ambos lados de la entrada se encuentran una serie de edificaciones habitadas que entorpecen el aspecto general de la zona y al mismo tiempo hacen peligrar, por posibles derrumbamientos, la vida de las personas.

Contigua a la puerta de entrada a la fortaleza se encuentra la torre del campanario que los señores de La Guardia, señores de Messía mandaron construir, cuando rehabilitaron las torres de la Alcazaba para poder utilizarlas como morada y otras dependencias.

Fotos: RedJaen.es


La puerta en 1913, cuando la fotografía Romero de Torres